Aqui nacemos
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Esta gran selva, como otras en Veracruz, Tabasco, Guerrero y parte de Oaxaca, son �nicas en el mundo y debemos preservarlas a como d� lugar. Seis meses al a�o tienen intensa lluvia; sin embargo, los dos �ltimos a�os se han notado algunos cambios. Los primeros aguaceros de 1987, que en otros a�os empezaban a principios de mayo, lo hicieron hasta los primeros d�as de junio y, contra lo que mucha gente esperaba, las aguas se levantaron hacia el 15 de octubre, reduciendo con ello en poco m�s de un mes la estaci�n lluviosa.
Por su parte, septiembre de 1988 fue muy lluvioso, como pocos en el pasado; los huracanes Christy y Gilberto, que desbordaron el caudal de todos los r�os, arroyos y zanjones del Soconusco trajeron un mayor volumen de agua a la regi�n, pero aun as�, las lluvias del 88 se despidieron antes de que terminara octubre.
A pesar de todo, la humedad se mantiene sustancialmente en la zona, lo que permite que se desarrolle una amplia variedad de especies vegetales. El Soconusco -de unos 60 km de ancho por m�s de 100 de largo- es una zona apretada entre el mar y la monta�a en donde la altura m�xima se alcanza en Tacan� a 4 150 m sobre el nivel del mar. Gran parte est� cubierta por grandes plantaciones de caf� (uno de los mejores del mundo), pues la altura de esta regi�n -entre 1 200 y 400 m sobre el nivel del mar-, es ideal para el arbusto. M�s abajo, hacia el mar, hay cacao, mango, soya, pl�tano, etc. El oc�ano Pac�fico ba�a la costa soconusquense donde se ense�orea la ciudad principal, Tapachula, conocida como "La perla del Soconusco---.
El gir�n de selva en donde tom� las fotograf�as se localiza a una altura aproximada de 400 m, hacia el noroeste de Tapachula. Escogimos las m�rgenes del r�o Nexapa; m�s abajo, nos internamos en la cerraz�n de la h�meda selva tropical. Las im�genes corresponden a plantas y flores silvestres que la abrupta pulsi�n de vida del �rea, obedeciendo a sus propios impulsos, ha producido de la manera m�s espont�nea. Al buscar ejemplares espec�ficos, que destacaran por su belleza o colorido, nos encontramos en primer lugar con el "palo jiote" (Bursera-simarula de la familia burser�cea), un �rbol de coloraci�n rojiza cuya corteza se caracteriza por tener siempre sus pel�culas desprendidas parcialmente y a punto de ser voladas por el viento. Es un �rbol gigantesco que alza al cielo sus tallos rojos, que dan un toque especial al paisaje.
All� en la hondonada, como en un gran cr�ter, se mece alegremente la bijagua (Calathea-discolor) cuyas flores de bell�sima coloraci�n no tienen nada que envidiarle al mejor ejemplar cultivado. Las plantas, como de un metro de alto, se juntan entre s� con sus grandes hojas como para ganar terreno y no permitir la entrada a otras intrusas. Caminando bajo la intensa luz del sol por un claro de la selva, divisamos all� arriba una enredadera caracter�stica que ostenta una extra�a flor blanquecina. Hacemos esfuerzos para alcanzar la codiciada planta, y como no logramos bajarla, nos conformamos con alcanzarla con nuestra c�mara. Es una flor grande formada de prolongaciones alargadas que despuntan de un tallo y caen hacia abajo. Unos hongos al pie de los restos de lo que fue un �rbol nos llaman la atenci�n; por all�, otro �rbol peculiar, protegido con espinas puntiagudas y amenazantes, nos reta a acercarnos. Es el ishcanal (Acacia-hins�), que auxiliado por unas hormigas que s�lo habitan en esta planta, se protege.
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